sábado, 2 de enero de 2010

La Leyenda Del Pez Cometa


Cuenta una nueva leyenda,
Muy por debajo del mar profundo,
Paseaban por aquel mundo,
Dos sirenos enamorados...
Eran modelos y ejemplo del amor mas entregado
Danzaban por las aguas, tomados de la mano,
Compartiendo su alegría junto a peces y ballenas
Es que cualquiera se alegraría.
Cualquiera que los vea.

Es más profundo aún, donde la luz tapa sus besos,
Que nadaron aquel preciso día,
Perdidos aún entre sus abrazos y caricias,
Ni se percataban de lo que sucedía...
El mundo era un mundo alegre,
Que jugaba de su lado,
Por eso los sirenos descuidados
Nadaban siguiéndose de a ratos...
Estando juntos, siguiéndose separados...
Y fue en un corto instante,
En que jugaba con su amado,
Que el cuerpo del otro quedó entre cuerdas tejidas,
Junto a peces, pronto a ser pescados...
No por menos su amor se encontró desesperado,
Y ambos trataron de romper las cuerdas por su lado...
Mas no hubo forma,
En que sireno, pez o crustáceo,
Lograse escapar de la trampa,
Que hacia arriba seguía empujando.

Fue la decisión mas dificil
Pero tomada sin titubear,
Fue el precio mas alto,
Pero se pagó sin reclamar...
Desde hacía miles de años,
Que un sireno no subía hasta altamar
Es su existencia misma,
La mejor razón para cazar...
Y aún con temor a los arpones,
Y toda ambición que al hombre envicie,
Salió aquel sireno a la vista,
Salió hacia plena superficie.
La respuesta no se hizo esperar,
Y tanto marineros como capitán,
Se lanzaron a atacar...
Fue peor impotencia que vino a entrar,
En la víctima entre cuerdas,
Quien aprovechó aquella red sin fuerza,
Logrando por encima escapar,
Mas temiendo que aún lo peor,
Se encontrase por pasar...
Pudo ver claramente el rojo particular,
Flotando sobre el agua, tiñendo un tanto el mar,
Y nadó con dolor ...
Tornado ése, de sus temores el color.
Y ahí estaba él, enfrentándose frente al mal,
Quien le apuntaba con un arma,
Y sobre una nave de pescar.
Fue el turno de entregarse él,
Que sucediese lo que tuviera, que pasar.

Fue su sangre la que esta vez,
comenzó a regarse entre las olas
Mientras los brazos preocupados
De su héroe y su salvado,
Le abrazaban sin dudar.
Era entonces el momento letal,
Del dos por uno y de ser rico el olor,
Cuando fueron tanto pez como ballena,
Que saltaron a estribor...
Mar y madera se mezclaron esparcidos,
Gritos y oleajes no más hicieron lo mismo,
Cabezas se asomaron resistiendo el naufragio,
Menos dos sirenos que volvieron a su sitio.

Y aún nadan, como pueden,
Pintando el océano con brazos rojos,
Rojo de amor valiente y de entrega,
De cariño eterno y confianza ciega,
De amor como el que solo hay en este planeta...
...Tal vez así, nació el pez cometa.

2 comentarios:

xio185 dijo...

ok, esto es algo de cuenta cuentos,... de leyendas viejas.. esta excelente.. osea literatura hispanoamericana!

CayInXiah dijo...

HAy pulmoncito, por que escribes tan bien?

snif snif snif, tan retorito y tan bello... ¿pero se salvaron? ¿viveron felices?

un besote a tremenda imaginacion tuyA.

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